Aún recuerdo aquellos días en que José Ramón Fernández y todo su equipo de comentaristas del programa deportivo Deportv, se rasgaban las vestiduras pidiendo la cabeza de Cuauhtémoc Blanco. Que si cada vez que metía un gol su celebración era irrespetuosa hacía sus rivales, que sí en un clásico golpeó al jugador de Chivas Felipe de Jesús Robles por la espalda, que si armó una bronca en la Copa Libertadores frente al Sao Caetano de Brasil, que si golpeó al periodista David Faitelson (hijo bastardo de Fernández) en los vestidores del estadio Luis “Pirata” Fuente de Veracruz y que hasta insultó a la arbitro Victoria Tovar diciéndole “pinche vieja vete a lavar trastes” por una marcación en la que el llamado “Temo” se sintió perjudicado. Estas y otras más son las situaciones por las que Blanco era considerado un patán, un irrespetuoso, un guarro.
Pero hoy, las cosas parecen ser distintas. Desde que Blanco de fue de México y emigró a Estados Unidos para jugar en la liga de futbol profesional de aquel país, la llamada MLS, la mayoría de los medios han tratado de crear un nuevo ídolo para los aficionados al futbol. Hoy, Blanco es el hombre más querido, más carismático y hasta un ejemplo de superación para todos nosotros, simples mortales. Hoy se han olvidado que en un partido de la selección nacional en el Estadio Azteca, la gente lo abucheó, porque se hizo de muchos enemigos y sólo los seguidores del América (club donde se hizo famoso) lo idolatraban.
Pero repito, hoy no. Hoy todos esos hechos bochornosos y reprobables han quedado atrás para crear un nuevo ídolo, un nuevo héroe, el hombre que con su sola presencia convoca a las masas y se toma fotos con gobernadores pedófilos (mentadas Mario Marín). Hoy hasta José Ramón Fernández habla maravillas de él, Heriberto Murrieta lo llama el último gran ídolo del futbol mexicano, entre otra gran cantidad de elogios. ¿ Qué paso con aquellos críticos que pedían la cabeza de Blanco, aquellos que de troglodita e incivilizado no lo bajaban? No lo sé, yo también quisiera saber porque de unos meses a la fecha, Cuauhtémoc Blanco es el mejor jugador de los últimos años en México, no sé porque hasta Diego Luna (bueno de este tipo se puede esperar lo que sea) planea una película sobre su vida y vemos y escuchamos hablar del “Temo” en todos lados. De Televisa es normal, siempre justificaron su comportamiento, argumentando una gran calidad futbolística, pero ¿los demás? No puedes un día odiar a alguien y al siguiente amarlo. Sabemos que en México no se tiene memoria, ni deportiva, cultural, política, de ninguna índole, pero lo que todos los medios deportivos han hecho, es que han creado de la nada, un nuevo ídolo, un nuevo héroe deportivo, un hombre que tiene gran calidad para jugar futbol, pero que su calidad como persona es bastante pobre. Y si, quien este libre de pecado que tire la primera piedra, pero no me trago el cuento de que ahora todos amamos al Temo. Quizá esta estrategia es porque no ha existido, en los últimos años, un tipo que genere tanta polémica tanto dentro como fuera de la cancha y a falta de ídolos, se crean a la fuerza, Lo cierto es que Blanco es un ejemplo, sí, un ejemplo de cómo no comportarse en público y de cómo no hablar frente a un micrófono. En fin, quienes quieran tragarse el cuento allá ellos, pero quien escribe esto, siempre vera a Cuauhtémoc como lo que es : un buen jugador con pocos sesos.
Pero hoy, las cosas parecen ser distintas. Desde que Blanco de fue de México y emigró a Estados Unidos para jugar en la liga de futbol profesional de aquel país, la llamada MLS, la mayoría de los medios han tratado de crear un nuevo ídolo para los aficionados al futbol. Hoy, Blanco es el hombre más querido, más carismático y hasta un ejemplo de superación para todos nosotros, simples mortales. Hoy se han olvidado que en un partido de la selección nacional en el Estadio Azteca, la gente lo abucheó, porque se hizo de muchos enemigos y sólo los seguidores del América (club donde se hizo famoso) lo idolatraban.
Pero repito, hoy no. Hoy todos esos hechos bochornosos y reprobables han quedado atrás para crear un nuevo ídolo, un nuevo héroe, el hombre que con su sola presencia convoca a las masas y se toma fotos con gobernadores pedófilos (mentadas Mario Marín). Hoy hasta José Ramón Fernández habla maravillas de él, Heriberto Murrieta lo llama el último gran ídolo del futbol mexicano, entre otra gran cantidad de elogios. ¿ Qué paso con aquellos críticos que pedían la cabeza de Blanco, aquellos que de troglodita e incivilizado no lo bajaban? No lo sé, yo también quisiera saber porque de unos meses a la fecha, Cuauhtémoc Blanco es el mejor jugador de los últimos años en México, no sé porque hasta Diego Luna (bueno de este tipo se puede esperar lo que sea) planea una película sobre su vida y vemos y escuchamos hablar del “Temo” en todos lados. De Televisa es normal, siempre justificaron su comportamiento, argumentando una gran calidad futbolística, pero ¿los demás? No puedes un día odiar a alguien y al siguiente amarlo. Sabemos que en México no se tiene memoria, ni deportiva, cultural, política, de ninguna índole, pero lo que todos los medios deportivos han hecho, es que han creado de la nada, un nuevo ídolo, un nuevo héroe deportivo, un hombre que tiene gran calidad para jugar futbol, pero que su calidad como persona es bastante pobre. Y si, quien este libre de pecado que tire la primera piedra, pero no me trago el cuento de que ahora todos amamos al Temo. Quizá esta estrategia es porque no ha existido, en los últimos años, un tipo que genere tanta polémica tanto dentro como fuera de la cancha y a falta de ídolos, se crean a la fuerza, Lo cierto es que Blanco es un ejemplo, sí, un ejemplo de cómo no comportarse en público y de cómo no hablar frente a un micrófono. En fin, quienes quieran tragarse el cuento allá ellos, pero quien escribe esto, siempre vera a Cuauhtémoc como lo que es : un buen jugador con pocos sesos.